La crisis sanitaria consecuencia de la pandemia COVID-19 está poniendo en evidencia, con mucha crudeza, muchas carencias relacionadas con la consideración y atención a las personas en situación de fragilidad, discapacidad y dependencia, muchas de ellas personas de edad avanzada y otras más jóvenes con grandes necesidades de apoyo.
Así exponen en un comunicado un grupo de expertos y expertas profesionales y representantes del mundo asociativo de carácter estatal, vinculados al ámbito del envejecimiento la discapacidad, donde se recala que es momento «de arrimar el hombro, de moderar nuestra ‘tormenta de emociones’, de postergar críticas catastrofistas o interesadas, para así contribuir, todos juntos a salvar vidas ya minimizar los impactos negativos de todo esto«.
Pero en este complejo contexto, estos expertos alertan que esta crisis está contribuyendo a que afloren carencias importantes en nuestro actual sistema de cuidados, y está evidenciando riesgos futuros en torno a cómo conjugar valores que deben estar equilibrados en el cuidado como la salud y la libertad de las personas.
La garantía en la continuidad de los cuidados, la coordinación entre sistemas y servicios y las dificultades que la actual estructura competencial conlleva a la hora de afrontar un modelo integrado de servicios e intervenciones profesionales, son algunas de las cuestiones que deberán ser objeto de análisis en pos de la coherencia, la eficacia y la eficiencia que requiere una crisis cono la actual. En este sentido, pensando en el futuro y en el urgente y necesario debate, los firmamos este documento exponen las siguientes cuestiones:
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